Y así, un año entero había transcurrido y otro otoño comenzaba a refrescar los días en Santiago. “El tiempo vuela cuando te diviertes”, aunque también parece volar si se está encerrado y todos los días son iguales unos a otros, se pierde la noción del tiempo, y lo que pasó ayer en verdad fue hace ya un par de días.
Cuando partió todo esto de la pandemia no tenía esperanzas de que sería algo que fuera a durar poco, es extraño vivir en la incertidumbre; no saber si ya llegaste a la mitad del libro o si apenas vas en la primera parte, sólo que con cada día que pasa avanzamos una página.
Hace 14 meses que no he salido de la Región Metropolitana. Extraño el mar, visitar la desembocadura del Río Maipo o la Laguna Cartagena… Pero aunque pude ir en verano con los fatales “Permisos de vacaciones”—ideas del gobierno en medio de toda la crisis—preferí no hacerlo, y creo que eso me lleva a repetir, textualmente, lo que escribía el año pasado: “a pesar de que tuve la oportunidad de salir esos meses (…) preferí ahorrar y esperar, aprovecharé estos meses que vienen”. Y en la espera de que acabaran las vacaciones, que la costa estuviera más vacía y fuera más seguro ir… Los contagios se dispararon y ahora estamos en el peor momento desde que comenzó todo esto en Chile. Nuevamente encerrado, pero sano.
Sin tener a la vista la fecha de mi próximo viaje alrededor del mundo, ni tampoco de la siguiente vez que pueda volver al Cajón del Maipo, decidí escribir algo sobre las pocas cosas relevantes o emocionantes de estos últimos meses, después de todo van 6 meses desde la última vez que escribí algo, lo siento.
Escape a Farellones
El 13 de noviembre, luego de mucho encierro, decidimos hacer una ruta corta a Farellones junto a Feru, para poder alejarnos un poco de la ciudad y la gente, aunque fuera por unas horas. ¡Y sí que nos alejamos! Habíamos elegido un día de semana porque, como ya he comentado, hay muy pocas personas en la cordillera, ¡literalmente no nos cruzamos con nadie de subida ni de bajada!

Nos detuvimos unos minutos en el sector Plazoleta Negra y tuvimos la suerte de ver una cigarra, probablemente esperando con ansias el calor del sol, ¡era primera vez que veía una! Todo esto directo a iNaturalist.


Nos tocó un día muy nublado, y a medida que subíamos en altura, bajábamos en temperatura. No habían muchas aves activas, pero mientras estábamos en Valle Nevado y me entretenía tomándole una foto a Gilrain, miro hacia un lado y veo todo un espectáculo, ¡un Minero cordillerano despedazando una Polilla esfinge contra unas rocas! Cambié de lente rápidamente y logré retratar el momento.


A medida que bajábamos, justo por un sector donde el camino cruza con un riachuelo, un pequeño sapo espinoso muerto, muy probablemente atropellado. Es un problema muy recurrente, incluso se han reportado por ese sector en ocasiones decenas de sapos atropellados en pocos metros, es difícil que todos bajen la velocidad y hay que partir por uno mismo, pero también ayudaría si se pusieran señaléticas o reductores de velocidad sólo en esos sectores. ¿Bajarían la velocidad si vieran un cartel que dijera “Cruce de anfibios adelante”? Ya varios kilómetros más abajo vimos una araña pollito que iba cruzando el camino, nos detuvimos y la ayudamos a apresurarse y llegar a la seguridad del matorral. Tratando de hacer una diferencia.


Descendimos lo suficientemente temprano como para llegar a almorzar a casa. Un cortísimo escape a la cordillera en medio de todo un año de encierro.
¡Cámara nueva! Canon EOS 7D Mark II
En noviembre también, gracias a un inesperado dato de un amigo pajarero y fotógrafo, Vicente Pantoja, tuve la oportunidad de cambiar mi Canon EOS XSi, ¡luego de casi 10 años!, por la cámara de mis sueños desde que salió el 2014: la Canon EOS 7D Mark II. ¡Es un monstruo (de 6 años de antigüedad)! Me tiene muy entusiasmado el nuevo potencial, sobretodo el video, ya que con la XSi ya me sentía muy limitado. Eso nos devuelve al encierro: sólo me falta la oportunidad de poder salir para usarla.
De vuelta en Batuco: anillando pajaritos
Una vez terminados los censos de piuquenes del año 2020 (que por cierto se interrumpieron justo a la mitad por las cuarentenas), me quedé sin excusas para tener que salir de Santiago, así que cuando me eligieron para poder participar en un proyecto de la ROC anillando pájaros en Batuco a partir de febrero, estaba muy feliz.
¡Fue un día muy caluroso! Sumado a mi poca resistencia al sol, terminé muy cansado, pero estaba ansioso de la próxima jornada de anillamiento. Adivinen qué pasó: cuarentena total en la Región Metropolitana. Así que están interrumpidas hasta nuevo aviso (como casi todo en la vida hoy en día).
Justo tenía la oportunidad además de darle uso a mi nueva cámara, que ha pasado sus primeros meses junto a mí guardada…

Rescate de un murciélago
Desde febrero, estoy participando en la recién formada Asociación Murciélagos de Chile Pinüike, a quienes les avisaron de un murciélago atrapado en un edificio de Providencia, y ya que nadie podía ir, me ofrecí y partí en la moto para allá. ¿O sea que es llegar y tomar un murciélago? No. Es importante es estar vacunado contra la rabia, algo de lo que me encargué el año pasado justamente para poder manipular murciélagos. Tampoco deben manipularse con las manos desnudas. También es importante saber manipularlos, para esto un amigo, también fotógrafo y socio de Pinüike, Darío de la Fuente, quien lleva tiempo trabajando con murciélagos, me ha enseñado en oportunidades sobre esto.

Es normal que los murciélagos entren a casas o departamentos en las ciudades, buscando refugio para pasar el día, lo que tristemente muchas veces termina en que la gente los mata por ignorancia, asumiendo que están enfermos, que podrían atacarlos, o simplemente los sacan al exterior, lo que a plena luz del día sólo los desorientará y buscarán esconderse rápidamente. El exponerlos al sol puede provocarles un golpe de calor y que esto los aturda, confundiéndose con un individuo enfermo. ¿Qué hacer en caso de un murciélago atrapado? Lo primero es separar a las mascotas de donde se encuentre, ya que en su interacción podrían herirse. Lo ideal es contactar a una organización que trabaje con murciélagos, como la mencionada, para que pueda ir alguien a retirarlo.
Si el murciélago está en un lugar donde no moleste, se le puede dejar tranquilo—sólo está durmiendo—con las ventanas abiertas y saldrá solo cuando anochezca. Si está en un lugar más complicado, se puede atrapar en una caja y liberarlo de noche. Es importante no manipularlo con las manos desnudas, aunque cualquier guante más grueso que uno de lavar podría servir, haciéndolo con cuidado.
En caso de que el murciélago esté en el piso, tenga un comportamiento errático o se vea moribundo, podría ser sospechoso de rabia, ante esto lo más seguro es cubrirlo con alguna caja, no manipularlo y alejar mascotas, mientras alguien pueda ir por él. Recuerden vacunar a sus mascotas contra la rabia para cuidarlos de estos casos 😉
El pequeño en cuestión fue revisado para que no tuviera heridas, estaba muy enérgico y ansioso por volar, y fue liberado en la noche, para que siguiera haciendo lo que mejor sabe hacer: comer polillas.
Seminario de título
Sí, aún no termino esto, ha sido largo, lento, y con una enorme decepción con el profesor que me estaba guiando con esto. Pero estos últimos meses, gracias a la ayuda de otro gran profesor (y ávido amigo pajarero), Juan Salazar, estoy por fin avanzando. Espero tener más que contar sobre esto pronto y terminar de una vez por todas. Mientras tanto, y para despedirme de ustedes por ahora, un retrato de mi encantador sujeto de estudio, la gaviota dominicana. ¡A cuidarse mucho, estimados lectores!





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