Global Big Day 2024 — Batuco y Mantagua

El sábado 11 de mayo fue el Global Big Day, evento que celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias y que consiste en observar aves en todo el mundo, intentando registrar en eBird la mayor cantidad dentro de 24 horas. Al igual que en años anteriores, me animé a hacer una ruta sencilla pajareando en moto.

Ilustración: Tomás Infante (Faunánimo)

Encendiendo el motor a las 6:50 AM, salí desde Providencia con dirección al humedal de Batuco con 3ºC, aprovechando de probar mis nuevos pantalones Clover Light-Pro 3 WP que compré el día antes justamente para tener más abrigo en estos meses helados. El mes de mayo más frío en 70 años, ni más ni menos. El mes pasado tuve un desafortunado encuentro con un perro bóxer en una calle de Maipú, que se plantó frente a la moto y al detenerme se lanzó directamente hacia mi pierna izquierda con sus dientes, ¡afortunadamente andaba con mi otro pantalón de moto (de verano) y no logró atravesarlo! De todas formas me dolió por días y ahora tengo sus cuatro colmillos como cicatrices de abrasión bajo la rodilla.

Pero bueno, volvamos a la Ruta 5, donde tantos viajes a censar antes del amanecer en invierno me han hecho percibir que existe una invisible barrera helada a la altura del km 20, donde luego de cruzar “el portal” de la pasarela El Lucero hacia el norte, la temperatura baja notoriamente. Desde ahí, el resto del recorrido fue doloroso para mis manos, teniendo que ordenarle a mis dedos a moverse. Llegué a la laguna de Batuco a las 7:30, con escarcha a los costados del camino y no había nadie estacionado todavía (pequeño momento de orgullo, ¿o alivio de que esté vacío?). Había algo de neblina y a pesar de oir a una bandada de piuquenes (Oressochen melanopterus) posados cerca de mí, no lograba verlos.

El humedal de Batuco en un frío amanecer.
Piuquenes (O. melanopterus) volando hacia sus zonas de alimentación.

Durante dos horas recorrí el lado oriente de la laguna a pie, mis botas se mojaban con el rocío en la hierba, mis manos rodeaban mi cuello tratando de extraer algo de calor mientras caminaba pajareando (¡41 especies ya!). Un paisaje frío y silencioso, las vocalizaciones de las aves se escuchaban con claridad a través del aire congelado, el sol no lograba atravezar las nubes y las cumbres de los cerros al poniente lucían algo de nieve reciente. Cuando llegaba a la moto se me cruzaron dos desagradables individuos con un grupo de ocho perros de cacería (con desnutrición leve y sueltos además) en un lugar donde está prohibido cazar. Parte de las amenazas a las que se ven sometidos estos tipos de ambientes.

Perdicita chica (Thinocorus rumicivorus).
Cazador con perros en Batuco.

Me dirigí al lado norte del humedal, hacia el sector de las pasarelas de la Fundación San Carlos de Maipo, donde es posible observar distintas aves muy cercanas junto al totoral. Siempre que alguien me pregunta dónde es bueno pajarear cerca de Santiago, recomiendo precisamente este lugar, muy amigable para ir en familia también.

Plataformas de observación al norte del humedal de Batuco.
Pasarelas al norte del humedal de Batuco.

Acá pude registrar especies como el popular siete colores (Tachuris rubrigastra), el esquivo huairavillo (Ixobrychus involucris) y la bella garza grande (Ardea alba).

Siete colores (T. rubrigastra).
Garza grande (A. alba).

También en este lugar pude ver a un grupo de fotógrafos que cruzaron las barreras de las pasarelas, que decían “No Pasar”, y a una niña que le pedía a su papá, vestido de camuflaje completo y con una enorme cámara, que usara su celular “para llamar a los pájaros, si no viene ninguna cosa”. Dos ejemplos de malas prácticas para lograr fotografías más cercanas, muchas veces a costa de estresar a las aves durante largo rato y conseguir más atención en redes sociales… Me fui pensando en que, habiendo tanto pajarero ese día, estarían al borde de una funa. Al día siguiente me toparía justamente con alguien denunciándolos por sus malas prácticas. En fin, ¡34 especies de aves registradas aquí!

Consideré visitar el otro acceso a la laguna, de la Fundación Batuco Sustentable y que posee un mirador, pero al pasar por afuera vi un grupo de seis motos estacionadas dentro y noté que tenían stickers y banderas de Brasil. Dudé unos segundos, pensando en que un café sería un alivio para mis manos, pero a la vez simulando distintas interacciones que podrían darse si me cruzaba con los motociclistas (andando yo en moto justamente). Entré al estacionamiento en la moto con indecisión, dos de ellos me saludan de lejos y alcanzaba a oir al resto del grupo hablando fuerte dentro de la cafetería: “Estamos conhecendo paisagens, conversando com as pessoas. Em busca de mulheres hahaha!” Ok, conozco otro lugar con café en el pueblo de Batuco, retirada.

Desde que incluí tomar un cafecito (sencillo, de máquina) y un muffin en el minimarket La Carmencita durante mis gélidos censos de piuquenes en invierno, mi calidad de vida y ánimo mejoró muchísimo para aguantar el frío. En este lugar revisé la ruta hacia Concón, para ir al humedal de Mantagua. Google Maps me indicaba que parte de la cuesta La Dormida estaba cortada, aunque Waze no mencionaba tal corte. ¿Qué hacer? Perdería valioso tiempo si me encontraba con que el corte era real, mi otra opción era la Ruta 5 hasta La Calera, desde ahí dirigirme al sur por la Ruta 60, para luego tomar la Ruta 64 hacia Concón… Claramente un trayecto aburrido de autopista sin lugares donde detenerme, pero era el camino que terminé usando. ¡Aunque pude ver unos cóndores (Vultur gryphus) y un águila (Geranoaetus melanoleucus) cerca de la cuesta Las Chilcas!

Cuando cruzaba Tabolango por la Ruta 64, a unos 70-80 km/h, vi una mariposa naranja cruzando la calle y medio segundo después el sonido de su pequeño cuerpo golpeando el parabrisas, dejando una marca amarilla y mi mente exclamando “¡Nooo!”. Era una Vanessa carye, mi mariposa favorita. Una pequeña viajera que migra en solitario a lo largo de Sudamérica en distintas generaciones. No deja de sorprenderme que no importa lo inhóspito, alto, aislado o seco que sea un ambiente, siempre pasa una V. carye volando solita, sabiendo perfectamente a donde debe dirigirse mientras se la lleva el viento. Parte del costo (casi) invisible de nuestros caminos y que trajo de inmediato a mi “radio interna” una canción: “Fly on the Windscreen”, de Depeche Mode. [Butter]Fly en este caso.

Death is everywhere
There are flies on the windscreen
For a start
Reminding us
We could be torn apart
Tonight

Depeche Mode – Fly on the Windscreen

Idea siempre presente al andar en moto, especialmente en la autopista. Y justamente, poco después de cruzar el río Aconcagua por la Ruta F-30-E y mientras pensaba que podría detenerme a comer algo, noté algo extraño en la moto, algo como frenar a fondo con la rueda trasera durante medio segundo, seguido de una sensación de ripio. «¿Habré pinchado? Eso fue raro», me orillé para revisar y encontré algo inesperado en la rueda trasera:

El pañuelo que llevaba en el cuello se soltó, voló y encontró un complicado lugar para sujetarse. «¡Mierda, qué descuido!» fue el primer pensamiento, seguido de «Oh, esto pudo terminar mal», especialmente si hubiera llegado a la cadena y tal vez destruido más de una cosa. Pasé unos minutos removiéndolo, aunque una parte quedó atrapada dentro del cáliper entre las pastillas de freno y el disco, necesitaba una llave que no portaba para abrirlo. Justo en ese momento se detiene otro motociclista a mi lado a preguntar por la situación, nada menos que el presidente del Bikers 5ta Motogroup, y sí, ¡tenía la llave que necesitaba! Abrí el cáliper, saqué los restos textiles ligeramente fundidos que estaban atrapados y volví a cerrar todo. Verifiqué que todo estuviera bien, que el ABS siguiera funcionando correctamente y pude continuar la corta distancia que me faltaba para llegar al Humedal de Mantagua, no sin cierto temor a que algo que no noté pudiera fallar.

Al humedal de Mantagua, ubicado en la desembocadura del estero Mantagua, se accede por la Posada del Parque. Llegué ahí a las 14:45 y me quedaban sólo 3 horas de sol, así que debía apurarme si quería hacer el recorrido hasta la playa y regresar a la moto con algo de luz. Todavía no podía comer algo decente y los chocolates sólo entregaban energía para quemar, nada más. A medida que avanzaba por el sendero, de poco más de 1,5 km hasta la costa, tuve el momento más social de todo mi día, ya que me encontré primero con un equipo de amigos pajareros (Pedro, José, Belén, Javier y Mellany) que iban saliendo de Mantagua, y luego con otro equipo de amigos (Darío y Matías), los que me encontraron segundos después de que se me cruzara un pequeño zorro chilla (Lycalopex griseus), ¡nunca había visto uno en este humedal! Era realmente pequeño y desapareció de vista antes de que pudiera llevar mi cámara a mi ojo.

Cuando llegué a la playa (¡siempre es un momento de alegría y calma estar en el mar!) se me cruzó de inmediato una escena ya clásica en esta y otras playas del país: un tipo en moto a toda velocidad, espantando a las aves que descansaban en el lugar. En Chile está prohibido el tránsito de vehículos motorizados en todas las playas, pero a mucha gente directamente no le interesa el tema. En este mismo humedal se han registrado descriteriados motorizados acelerando sobre bandadas de aves playeras, dejando varias muertas bajo las ruedas. Las especies que anidan en la arena en época reproductiva son las más perjudicadas.

Motociclista circulando ilegalmente en la playa Ritoque en la desembocadura del estero Mantagua.
Gaviotas garuma (Leucophaeus modestus) junto a huellas de autos en la playa Ritoque.
Playa Ritoque frente a la desembocadura del estero Mantagua, Viña del Mar de fondo.

Cuando me disponía a darle la espalda al mar y partir de vuelta a la moto, me encontré con un último amigo pajarero, Juan Salazar, con quien guiamos las Salidas de Iniciación ROC: pajareos orientados a observadores que están comenzando (iba a escribir “aprendiendo”, pero luego pensé que uno puede llevar años mirando pájaros y se sigue aprendiendo siempre).

Puesta de sol en el humedal de Mantagua.

Llegué a la moto exactamente a la hora que el sol se escondía en el horizonte, una parte de mí sabía que era inevitable volver de noche, pero aún así me había propuesto al menos haber comenzado mi regreso para cuando se fuera el sol. Una codorniz, la especie nº84 y última de mi día, vocalizaba escondida cerca de la moto mientras me ponía la chaqueta, casco y guantes. Tenía una cantidad ahora moderada de hambre, pero ya tendría que esperar a Santiago para comer de forma decente… Así que dejé programado un pedido para cuando llegara, jejeje.

Salí de Concón hacia la Ruta 64, cruzando el túnel Los Gemelos y la vía Las Palmas, algunos tramos del camino estaban extremadamente oscuros, ya sea por falta de luminarias o porque las existentes estaban apagadas. Cuando he hecho esta parte de la ruta de día me siento con algo de ansiedad ya que posee curvas muy cerradas, pero el mayor riesgo es que gran parte de los vehículos andan muy rápido para un camino como este, ahora hacerlo de noche me hacía pensar que estaba posiblemente en el tramo que tenía que tener especial cuidado con TODO, tal como la mitad de un pallet que apareció en medio de mi pista y que mis luces advirtieron más cerca de lo que preferiría. A fines del año pasado, la nueva Ley 21.601 prohibe que las motos usen luces auxiliares (también llamadas “exploradoras”), cuya función es precisamente poder mostrar elementos peligrosos en el camino. Unos días después leí que la vía Las Palmas tiene un conjunto de errores desde su planificación y construcción, que, sumado a la velocidad de quienes transitan, han causado la muerte de más de dos decenas de personas a la fecha.

Entre las tenues siluetas de las palmas del camino aparecía la luna creciente, con el suave resplandor terrestre iluminando el resto e invocando a la “radio interna” la canción “Earthshine”, de Rush.

On certain nights
When the angles are right
And the moon is a slender crescent

Its circle shows
In a ghostly glow
Of earthly luminescence

Rush – Earthshine

Me uní a la Ruta 68 y desde ahí fue el aburrido y largo viaje por autopista, pero ahora sin paisaje que ver, sólo oscuridad y el río de luces de vehículos en sentido contrario. Recordaba las páginas del libro Ghost Rider donde Neil Peart (baterista de Rush) mencionaba que evitaba todo lo posible conducir su moto de noche, planificando para poder encontrar algún hospedaje antes del anochecer y luego seguir temprano, ya que también sabía que de noche es cuando todos los riesgos que he mencionado (y varios más) se multiplican. Creo que para el siguiente Big Day trataré de programar algo para no tener que volver de noche.

Una vez en Santiago y luego de darle la espalda durante todo el viaje, volvió a aparecer la luna, ahora mucho más abajo y con un tono más cálido. Me topé con un enorme taco en la autopista Costanera Norte por un accidente, las tres pistas cerradas. Pensé que debió ser algo grave en ese momento, luego averigüé que fue un motociclista que falleció en el lugar al chocar con la barrera de contención… “We could be torn apart/ Tonight”

Llegué cansado, con el tradicional dolor de espalda por mantener la postura sin detenciones, además del frío. Y con hambre, pero un contundente (¡y caliente!) fondo de arroz y verduras taiwanés me esperaba apenas me bajé de la moto. Terminé este Global Big Day con 84 especies de aves, mi nuevo récord personal para un día de pajareo en solitario. Agradeciéndole a Gwaihir por el retorno seguro (¡y por tener parabrisas! Ya que tuve que volver sin abrigo en el cuello) y a pensar en la próxima aventura que pueda aparecer en el futuro cercano.

Reporte pajarero en eBird aquí

Distancia total: 335 km

Comentarios

4 repuestas a “Global Big Day 2024 — Batuco y Mantagua”

  1. Avatar de delafuentedario
    delafuentedario

    Se huele la traición para el próximo año =.=

    Cada vez que leo tus post me dan ganas de mandar todo al carajo y ponerme a viajar. Cada vez más ganas, cada vez más en serio.

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    1. Justo para el October Big Day el plan es haber escapado del país. Espero que resulte, o tendré que idear otra excusa, jajaja.

      Me alegra leer que te motive a salir, es uno de los motivos centrales de tener el blog 🙂

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  2. Avatar de Javier
    Javier

    Maravilloso relato!! Nos permite viajar contigo y aprender. Gracias por la crónica. Me gustaría para el siguiente GBD ver tu listado de especies detallado.

    Un gusto encontrarte en la ruta.

    Un abrazo gigante!

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    1. Hola Javier, que bueno leer que les gustó leer el relato!

      Usualmente agrego el link al Reporte de Viaje de eBird al final del post, esta vez lo puse abajo del mapa, creo que quedó un poco escondido, veré una forma más llamativa de agregarlo próximamente.

      Para el October Big Day del 2022 igual había escrito un reporte, por si quieres leerlo: https://aricafoix.cl/2022/10/15/october-big-day-2022/

      Gracias por leer y comentar!
      Saludos!

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